Una semana después del domingo de resurrección, se celebra en Salamanca “El Lunes de Aguas”, es el fin del tiempo triste de la Cuaresma en el que no se podía comer carne ni beber ni bailar, es la fiesta de la alegría, del inicio del buen tiempo y del encuentro con los amigos para divertirse juntos. Las familias y los amigos se reúnen para ir a comer el hornazo (empanada de chorizo, jamón, lomo y huevo duro) a la orilla del río Tormes. Esta costumbre comenzó en el S.XVI cuando el rey Felipe II prohibió a las prostitutas que estuvieran en la ciudad durante la Cuaresma para evitar que los estudiantes pecaran.
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